viernes, 28 de octubre de 2016

Dos por uno

Muchas veces abro un documento en blanco dispuesto a juntar un buen puñado de letras y me envuelve un ligero sentimiento de tristeza hacia el tema que tengo ya en mente; tristeza porque, de verdad, no es que quiera, pero casi siempre me toca despotricar. Me encanta el cine, es una realidad, y seguramente eso tenga la culpa de mis malas palabras. A nadie le sienta bien que maltraten sus gustos.

Hoy he decidido rebuscar en el cajón. Bien podría plasmar una crítica de “Inferno”, que con esto de haber puesto el cine a un precio normal también me aventuré a verla, pero bajo mi opinión no tiene la suficiente “chicha” ni para hacer una mala crítica. Una película más, una historia más. Se deja ver, no destaca, no entusiasma y, lo que seguramente sea peor, no defrauda. Crítica hecha, ¡hasta la semana que viene cinéfilos!

Por evitar ser patético, como ya he dicho, he rebuscado en el cajón. Y del cajón he sacado una película que antes incluso de empezar este proyecto quería traer. No es para mí una crítica nueva, de hecho ya escribí sobre ella en un blog que tuve en sus tiempos, aunque con un tono mucho más duro y, por qué no, más pedante. Me gustaría despotricar, os moleste o no, de “El lobo de Wall Street”.

Afirmo casi con total seguridad que no hay otra película en Hollywood que encaje más con poder y no querer. Esta es, junto con la segunda parte de “El Hobbit”, la película que más de mala hostia me ha puesto al salir de la sala de los últimos diez años; y no creo haber ido pocas veces al cine, aunque no tantas como me hubiera gustado poder. ¡Qué manera de tirar una idea por la borda! ¡Y qué manera de ganar dinero!

Eso es el lobito, dinero. Una película que habla de cómo ganar dinero, hecha para ganarlo. Y ahora diréis ¡Pero hombre A, si el cine es un negocio, para eso está! —, y a ver, razón no os faltaría. Pero yo espero mucho más; espero que las masas algún día evolucionen y le permitan al cine ganar dinero sin tirar talento. Seamos francos, esta película podía, y podía mucho. Pero no quiso; se conformó con presentar una idea magnífica con un buen saco de barcos y putas vaya ser que alguien se aburriese y se quedase corta en taquilla.

Nada como basar tu guión en excesos, grupos de deseo, bromas desmedidas, vicio y muchas frases cortas que no hagan pensar al espectador para reventar la taquilla. Pero qué vacío se queda el texto cuando lo importante se diluye en cómicas banalidades que bien debieran ser poco más que una breve adjetivización de la trama real. Vacío en ideas, pero lleno de adeptos; qué casualidad.


Claro que pobre Leo. Otra vez se quedó sin su tan ansiado tesoro, otro año sin Óscar, otro año anhelando la estatuilla. Y otra vez a saltar enbravecidos en las redes a ver si la academia escucha las plegarias de tamaños eruditos y dejaba de premiar a un mediocre Matthew McConaughey pro de Leo. Pues no quisiera yo postularme a favor de la academia, que ya expresaré mi opinión otro día, pero en 2014 el acierto en este campo fue indiscutible. Di Caprio está verdaderamente flojo, remonta algo en cuanto la coca toma el control del personaje, pero cuando Matthew es capaz de hundirte en la primera escena que comparte contigo en la mesa de un bar pijo, difícil lo tienes; y oye, menos mal que en esta estaba de secundario


A.

jueves, 27 de octubre de 2016

Avatar, ¿Triunfo o fracaso musical?

Considerada por algunos, de las mejores obras de James Cameron después de Titanic y Braveheart, está Avatar (2009).

Una película de ciencia ficción, aventuras, de carácter fantástico con un precioso romance. Ambientada en el año 2154, el protagonista, un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, es designado para ir a Pandora, destino en el que algunas empresas extraen un mineral desconocido con el que podrían solucionar la crisis energética de la Tierra. A través del programa Avatar, los seres humanos pueden mantener relación con Pandora mediante la conciencia ligada a cuerpos biológicos controlados de forma remota  capaces de sobrevivir al aire letal. Durante la misión del protagonista, conoce a una Na’vi, una nativa con la que comienza una estrecha relación y de la que finalmente se enamora.

James Horner, compositor de la obra musical de la película, trabajó durante año y medio para conseguir una composición perfecta. La ciencia-ficción suele vincularse a sonidos sintetizados e instrumentos electrónicos, pero según el contexto de la película, el público empatiza mejor con sonidos de orquestas sinfónicas. Por el carácter de la película, no era suficiente con el sonido de orquesta sino que necesitaba de algún sonido especial y característico para acompañar la cultura de los Na’vi, lo que llevó al compositor a buscar una relación de colaboración con estudiosos de la etnomusicología para crear instrumentos digitales para conseguir sonidos de culturas de Irlanda y Nueva Zelanda, entre otras. Entre otros instrumentos se conoce la recurrente flauta japonesa de Horner, que ha utilizado en la gran mayoría de sus trabajos y que la convierte en su firma.

Durante la película encontramos tres piezas independientes que combinan voces tribales, orquestas e instrumentos étnicos que hacen que encajen todas a la perfección.
Empieza con una primera parte evocadora y dramática que da inicio a la película poniéndonos en situación. Más adelante, la melodía nos lleva al descubrimiento de Pandora con la orquesta y un sonido dulce de arpa, con tonos étnicos en los que el personaje principal conoce el entorno e interioriza la experiencia del nuevo mundo.
La segunda parte musical nos sitúa en la zona cero del principio del fin de Pandora. Llega la violencia, el drama y el heroísmo, y con ello un estilo musical en el que predominan los sonidos metálicos, atronadores tambores y vibrantes rugidos con los que transmiten la guerra.

En tercer lugar vemos que la melodía acaba con ecos apagados más suaves de la melodía principal, con la que concluir la película. Busca volver a los inicios dando un tono más apagado, para ejemplificar el hecho de haber destrozado un entorno perfecto, que tras el paso del ser humano, ahora se encuentra dañado y corrompido.


Como conclusión personal, fue una película digna de ir a ver en cines de calidad, ya que el trabajo de contenido y realización lo merecía. El inconveniente que le vi, es que después de películas tan buenas del director James Cameron, puede pasar que grandes obras como ésta, dejan que desear.


P.

miércoles, 26 de octubre de 2016

El Tiranosaurio Rex

Hoy traemos una nueva sección al blog en la que nos gustaría hablar de pequeñas curiosidades que se han dado en la gran pantalla.

Para ello, nos gustaría hablar de una película revolucionaria en el mundo del cine, Jurassic Park. Revolucionaria por las novedades que presentó, de entre estas, destacamos una curiosidad un tanto extraña. Si bien es cierto que la maquetación de los dinosaurios ya se las trajo, creemos que se debe hacer una mención especial al modo en que se reprodujo el rugido de Tiranosaurio Rex.

Para conseguir éste terrorífico sonido, se utilizó la siguiente extrañísima combinación: sonidos de un caimán, un tigre y sí, los de un bebé de elefante. Curioso, y efectivo a la vez. ¿Qué os parece? ¿Cómo creéis que fue la conversación que dio pie a mezclar estos sonidos?




A.

martes, 25 de octubre de 2016

"Un monstruo viene a verme" y solo con una Coca Cola

De la novela de Patrick Ness y adaptación cinematográfica de Juan Antonio Bayona, nace la bonita historia “Un monstruo viene a verme”. Un bonito cuento triste que ha reventado taquillas en este 2016, mezclando momentos demasiado bonitos pero con tramos tristes buscando arrancar lágrima.

Esta película narra la historia de verdades, madres e hijos, en los que éste último tiene que  lidiar con circunstancias terribles relacionadas con la madre enferma de cáncer. Abandonado por su padre, que ya ha formado su nueva familia en otro país, apaleado continuamente por el matón del colegio, y atormentado con una pesadilla cada noche, el chico se refugia en su imaginación para poder sobrevivir.

El chico alucina con un monstruo que nace de un viejo y gigante árbol que ve desde la ventana de su habitación, que intenta ayudarle a través de cuatro historias, con la finalidad de que el protagonista cuente la última y que además sea verdad. En ésta última el chico tiene que conseguir deshacer el nudo que tiene dentro para poder dejar de sufrir, de sentirse invisible y asumir su situación para dejar de tener pesadillas con el miedo de perder a su madre.

Realmente es una película preciosa, y en este caso, ha sido de las que me ha parecido que la publicidad pasa totalmente desapercibida, pero sí que aparece sí, y por supuesto era de Coca Cola.
Durante la película hay diversas ocasiones en las que se podría aprovechar la situación para colar alguna que otra marca. Hay momentos en los que sale el coche del padre, del que la marca pasa desapercibida, o bien cuando el chico escucha música con su mp3, del que tampoco se ve la marca, o cuando el chico pinta y dibuja y tampoco se ven las marcas de los materiales que utiliza.
Solo pude darme cuenta de una marca, que fue una lata de Coca Cola, que realmente parece en primerísimo plano pero sin interactuar con el personaje. Se ve la lata encima de una mesa y más adelante el chico de espaldas, como si pasara por allí y la cámara estuviera puesta encima de la mesa con el perfil de la lata casualmente allí. Es una imagen rápida y corta pero si estás pendiente de buscar publicidad, pues lo ves.

Es curioso porque al ser una película actual esperas encontrarte con publicidad semi camuflada con la que los personajes interactúen de manera cotidiana, pero al final ves que la más presente es la única con la que no interactúan.

Como conclusión personal la película me encantó. Es muy profunda y de aquellas que te hacen pensar. Antes de ir me avisaron de que era un dramón, y ya se encargó el resto de la sala de confirmarmelo con el hartón de llorar de algunos, pero sí, es preciosa.

P.

lunes, 24 de octubre de 2016

Snowden

Espero no ser el primero en dar esta información, pero como siempre puede haber algún rezagado desinformado o, en su defecto, una mente olvidadiza, deciros que hoy, mañana martes 25 y pasado, miércoles 26, es la fiesta del cine. Acontecimiento gracias al cual podéis ir a ver cualquier película en todas las salas adscritas por tan solo 2,90; y con los precios desorbitados que tenemos actualmente yo no desaprovecharía la oportunidad.

Y como no podía ser de otra forma, habiendo aprovechado el precio os traigo una recomendación recién sacada del horno. “Snowden”, un drama biográfico de Oliver Stone que, bajo mi punto de vista, encaja perfectamente en la típica lista de películas que todos deberíamos ver una vez en la vida. Es cierto que es un hecho probado el cual si sois bastante dados a estar al día en comunicación internacional sabréis perfectamente de qué va la historia; no obstante así, por indignante que me parezca esto, no tuvo prácticamente difusión en España.

La historia es perfectamente real y lo que es peor, creíble. La película se desarrolla con un ritmo pausado y es cierto que en ciertos momentos toma un aire de documental que pierde ligeramente el hilo conductor, pero es sin duda necesario para que el espectador comprenda la dimensión a la que llega el asunto.

Todo versa entorno a una negligente, ilegal e inmoral trama de espionaje por parte de la NSA (National Security Agency), una agencia de inteligencia del Gobierno de los Estados Unidos que se encarga de la seguridad de la información. El problema es que bajo el velo de la lucha antiterrorista, los Estados Unidos estuvieron (y muy probablemente continúe siendo así) monitorizando información privada de todo el mundo, no haciendo más que enaltecer su condición de potencia mundial absoluta.


Quizás sea por el ojo crítico, pero en general la película no goza de una actuación espectacular por parte de los actores, que básicamente quedan casi ninguneados por la abrumadora historia. Aunque siendo justos, la trama no necesita de ninguna mirada a cámara sobresaliente, por lo que esta vez se quedará en empate técnico. Si al final me hacéis caso, disfrutadla.



A.

viernes, 21 de octubre de 2016

La obra de una vida

Llega un punto en que ya no sé si sería capaz de tumbarme a ver una película sin activar mi ojo crítico que, al tiempo que se va empapando del argumento, no para de repetirse el porqué de todo. A veces acaba bien, los porqués encajan, todo queda ordenado en la cajita y te deja clavado en la pantalla por varios minutos tras ver el final. Pocas veces, claro. Otras muchas te ves obligado a ir tirando de cualquier manera los porqués, no se ordenan en la caja y te empujan a un estrepitoso y caótico final cual montaña de basura que no hay por dónde coger.

Hoy no, hoy es un día feliz. Un día dedicado a una de las obras maestras de mi mejor top cinéfilo. Me reservo este espacio para una película densa; de esas que te invitan a acomodarte en la butaca, olvidarte del mundo y abrirle las puertas a la maravilla moderna de la gran pantalla. “Erase una vez en América”, erase una vez el mejor Sergio Leone y su mejor reparto.

Ésta no es una película para decir “voy a verla, que no se me ocurre otra”. Necesita calma, un buen rato a solas (o con uno de esos buenos compañeros cinéfilos que saben callarse y no pasarse la película pegado al móvil), y ganas de disfrutar. En la obra de su vida, Sergio Leone condensa casi cincuenta años de la América mafiosa, con unos personajes que evolucionan desde una pandilla de ladronzuelos renacuajos a una de las bandas del crimen organizado más importantes de la época de la ley seca.

Durante más de tres horas tendremos momentos para reír, para llorar, para quedarnos sin aliento y, sobre todo, para vivir las decisiones de unos personajes que te hacen acompañarles de la mano desde los primeros diez minutos. Un reparto envidiable que sabe estar a la altura de esta obra maestra, tanto en la parte en la que los protagonistas son mayores, como en la que son niños; con una asombrosa capacidad de ver y reconocer los gestos de los personajes tras un enorme salto de edad.

Por si todo esto fuera poco, “Erase una vez en América” aterriza en tu pantalla con la, posiblemente, mejor banda sonora de todos los tiempos. Un espectacular Ennio Morricone que una vez más ensalza majestuosamente el dramatismo en cada una de las escenas. Y hacedme caso, si no sabéis silbar, aprended antes de darle al play, porque es de esos ritmos que se quedan dentro y vuelven cada vez que quieren.


Dejaos de Marvel y ved una película.



A.

jueves, 20 de octubre de 2016

¿Películas infantiles solo para niños?

Inside out (del revés)

Una producción del 2015 de la mano de Pete Docter y Ronnie Del Carmen; es una obra de animación catalogada en el género fantástico, de aventuras, comedia y cine familiar. Trata sobre una chica inmersa en sus sentimientos, marcada por la alegría pero afectada por un conjunto de emociones que la hacen llegar a pensar en el porqué de la existencia de la tristeza en su vida. En la película, ciertos acontecimientos hacen que se mezclen la alegría y la tristeza en una peligrosa aventura que dará un vuelco a su vida.

Esta película, en un inicio parece ser de género infantil, pero parece ser que pretende tratar el concepto genérico de la infancia en todos los ámbitos, tanto para los que son niños, como para adultos haciéndoles volver a su época infantil.

Cuanto a la BSO, ésta entra en juego durante las muestras de las emociones humanas posicionándose detrás de ellas para no provocar destacar frente al contenido en sí del argumento, haciendo así que la música sea uno más de los sentimientos.
El sonido eléctrico le otorga un tono vintage muy característico del autor de la obra musical -Michael Giacchino-, el hecho de utilizar la orquestra con melodías sencillas durante toda la película despiertan el interés en el público infantil, que en definitiva es lo que se pretende.

La BSO de ésta película tiene matices que son muy familiares en el mundo Pixar, ya que éstas siempre tienen BSO sencillas que giran entorno a la mente de los niños, haciendo que se sientan único y que estas películas son realmente exclusivas para ellos.
El artista juega con la violencia musical que provocan sus obras con la ternura de su sencillez, muy propio de los años 80. En la película vemos un ejemplo gráfico cuando la niña siente un amigo imaginario que es la combinación de elefante, gato y delfín, que resulta ser una mezcla extraña pero en su conjunto es agradable. El artista asocia a este personaje una melodía pegadiza que provocará que al escucharla recordemos al personaje y sus características.

Así en conclusión destacamos 3 composiciones musicales, una inicial que acompaña la historia durante todo el largometraje, una segunda que va asociada al personaje imaginario y una tercera que es considerada el tema romántico de la obra, forma parte de la introducción y sirve para dar comienzo y final del mundo infantil que se quiere representar en la película.

En definitiva, es una obra musical muy acertada para el mensaje que se quiere transmitir con la película, hace que los niños se sientan acompañados y que los adultos se sientan identificados.

Es muy recomendable verla para poder volver a aquellos dulces años en los que la mayor preocupación podía ser a qué íbamos a jugar en el recreo.

martes, 18 de octubre de 2016

Super exceso de publicidad, La isla

Del mismo director de Transformers, Michael Bay, es considerado proclive a estas prácticas empachando sus películas con marcas tan conocidas como Speedo, Puma, Xbox, Aquafina, Calvin Klein, e incluso actores introducidos en anuncios.

La Isla, de 2005, protagonizada por Ewan McGregor y Scarlett Johansson, trata de una especie de campo de concentración cuidadosamente vigilado y controlado lleno de restricciones en el que sus habitantes residen a la espera de ser seleccionados para ir a “la isla”, de la que se habla pero nunca se ve. Ésta isla es la única que no ha sufrido los ataques causados por los efectos contaminantes de un desastre ecológico que acabó con todos los hombres de la tierra, excepto los habitantes de esa zona, casualmente… Temas tan polémicos como la implicación ética de la manipulación genética y la clonación mueven al protagonista a descubrir la terrible realidad en la que se muestra como la riqueza pesa más que la conciencia, y descubre cómo están viviendo engañados con una finalidad en la tierra distinta a la que les están haciendo creer.

Esta película es descrita como homenaje a las películas de ciencia ficción en las que el espectador es “engañado” por una imagen de una sociedad utópica de la que más adelante verá una realidad completamente contraria.

A pesar de haber sido una película que costó 126 millones de dólares, es considerada una de las que más publicidad contiene provocando un “empalagaminento” de marcas que hace que al final parezca más un anuncio de 2 horas que no una película con elementos cuyas marcas se muestran.

Vamos a poner algunos de los 70 mil ejemplos:
- Las bambas Puma que llevan puestas durante toda la película
Chevrolet cuando salen a la ciudad
- La Xbox con la que interactúan estando dentro del campo de concentración cuando pelean virtualmente
- El  buscador MSN cuando van a navegar por Internet
- Y ya el super colmo, el escaparate de Calvin Klein que se encuentran por la calle con la imagen de la protagonista -Scarlett Johansson- en él. Que ya parece querer rizar el rizo a más no poder.

Está claro que las marcas pagan un dineral por aparecer en las películas y que en algunos casos intentan hacerlo de manera sutil sin que moleste al espectador, pero este es un caso de aquellos en el que es demasiado abusar, y demasiado poco casual sus apariciones.

De todas formas, hubiese sido curioso, que siendo una película que intenta reflejar el futurismo de una sociedad amenazada por la humanidad y que lucha por sobrevivir, las marcas podrían haber apostado por elementos mucho más futuristas y extravagantes, porque está claro que en menos de 10 años hemos llegado y pasado de lo que vemos en la película.


P.

lunes, 17 de octubre de 2016

Juegos de guerra

Volvemos con la segunda recomendación cinéfila con una casi actual película en cartelera ya que, poco sorprendentemente, la película de la semana pasada es una porquería. Que oye, me obliga a utilizar una película ligeramente más vieja, pero también dio para una crítica; y seguramente sea para todo lo que puedan dar las dichosas salchichas.

No sabría deciros si esta película continúa en cartelera. En Girona ya la han quitado, pero sí he visto que algunos cines grandes todavía la mantienen en cartelera. Hoy le toca el turno a “Juego de armas”. ¿Es buena? Podría ser mucho más, pero se deja ver, entretiene y al menos no te deja en estado de somnolencia a la hora de película.

Fui con pocas expectativas y consiguió sorprenderme para bien. La crítica es interesante; que esté inspirada en hechos reales le aporta un plus de interés al argumento y bueno, para mi gusto en varias ocasiones cae en la comedia fácil y la historia es suficientemente potente como para no necesitarla. Pero ya sabéis, o hacen el tonto o la película no sale rentable, así está el patio.


Pero una cosa os recomiendo encarecidamente, no veáis en trailer. Y si lo habéis visto, olvidaos de él. En el trailer no dista de una comedia absurda al uso; al más puro estilo “Dos colgaos muy fumaos” y patrañas de ese tipo. Pero realmente la película no es así. El trasfondo crítico toma mucha fuerza en el guión y la personalidad de los dos protagonistas queda muy bien reflejada, algo difícil de ver últimamente.



A.

viernes, 14 de octubre de 2016

Puedo y no quiero

Es cierto que con el tiempo os acabaréis acostumbrando a un tono duro en mis críticas, quizás es que me cuesta más hacer críticas donde destacar lo positivo y, por contra, me sale fácil despotricar de todo aquello que veo y no me gusta ver; quizás sea que le encuentro un morbillo especial a las críticas negativas porque son las que acaban en debates más intensos; o no lo sé, quizás sea que últimamente me siento en una butaca y acabo pensando "¿por qué he pagado para esto?".

Pues ayer fui al cine. Al cine en jueves, que aquí es más caro. Pero claro, tenía que alimentar ese gusanillo semanal que me arrastra hasta estas líneas y, por esas cosas de celebrar días de esclavitud, esta semana tocaba saltarse el día barato. Que más que barato debería ser "el día que el cine está a su precio", pero ese ya es otro tema.

La fiesta de las salchichas, amigos. ¿La película? Bien. Un bien sin más. A diez minutos del apogeo final me estaba durmiendo, pero quiero pensar que fue culpa de la lluvia y de las diez mil baldosas que me empaparon los pies antes de llegar al coche. Realmente me aventuré a verla porque la crítica no era mala en general, prometía cierto nivel de humor (que tampoco viene mal), y nunca suelo hacerle ascos a las animaciones. El problema empieza cuando un director considera que romper el binomio "animación - niños" es llenar la película de tacos, alusiones fálicas y símiles sexuales por doquier.

La película podría no haber sido mala. El trasfondo de crítica social religiosa es muy bueno, no tiene pelos en la lengua, te lo dibuja tal cual es y te lo suelta tal cual suena. Pero claro, estamos ante lo de siempre: una crítica fuerte diluida entre centenares de tópicos comerciales para que la película llene salas de gente insulsa que, de lo contrario, se levantaría de la butaca despotricando por no haber entendido ni la mitad. Esto lleva a no más de hora y pico de metraje rebosante de insultos sin ningún tipo de gracia y miles de alusiones sexuales, que acaban en una gigantesca ola de escenas con todos los productos del centro comercial follando propias de la mente de cualquier depravado sexual.

Tampoco es todo malo. El dibujo está bien. Los primeros 20 minutos de película, si la ves sin sonido, hasta parece de Pixar con semejante derroche imaginativo para "dar vida" a cada producto del lineal de un supermercado. Y bueno, también me reí tres veces.



A.

jueves, 13 de octubre de 2016

Moulin Rouge y El Tango de Roxanne

Está científicamente comprobado que la música ejerce una influencia sobre nuestra mente provocandonos un cambio emocional tras oírla. Ha sido concretamente la rama de la psicología de la música la encargada del estudio de estos cambios de comportamiento en las personas.

Ya desde principios del s.XX se ha estudiado cómo se podría llegar a utilizar la influencia de la música como herramienta terapéutica, utilizada en muchos casos para mejorar el estado de ánimo (siempre y cuando se utilizara música adecuada, claro), de la misma manera que pueda influir también en los vínculos sociales llegando a asociar cierta música a cierta persona.

Hoy quiero hablar de la BSO de la película Moulin Rouge, más concretamente del TANGO DE ROXANNE.
Moulin Rouge, rodada en el año 2001 del director  Baz Luhrmann, trata del París bohemio del año 1900, en la que la estrella del Moulin Rouge encandila a toda la ciudad con su enorme belleza y sus bailes llenos de sentimiento y sensualidad; atrapada entre el amor de dos hombres lucha por hacer realidad su sueño de ser actriz, pero el mundo en el que vive no se lo pone nada fácil.

La canción EL TANGO DE ROXANNE (adaptación de ROXANNE de Police, y Le Tango du Moulin Rouge de Marianito Mores), cuenta los orígenes del tango en los barrios bajos de Buenos Aires. El sentimiento que desprende la canción es muy trágico y pasional, explicando cómo acaba llevando una vida llena de miserias y amores de pago, algo muy usual en ese tipo de barrios poco recomendables de una sociedad hipócrita.  

En conclusión, es una canción muy bien trabajada y adaptada a la escenografía de la película, mostrando mucha fuerza, dolor y pasión en cada momento. Es un elemento indispensable en esta película para explicar el porqué de las situaciones de los personajes y de esa necesidad de querer llegar lejos en la vida y tener que quedar estancados donde están por la vida que les ha tocado vivir. Es una canción que pone los pelos de punta al oír cómo ruge la voz del personaje para mostrar ese estado de frustración y de poder combinada con el contraste de la voz del segundo personaje, en el que se te corta hasta la respiración. Te invade y te lleva a una situación de pasión y dolor en la que parece que todo comience a dar vueltas y te lleve a la locura.

Recomiendo 100% esta película, por muchos año que pasen, y tengo que admitir, que mientras he estado escribiendo sobre esta canción, ha sido cuestión de segundos que me viniese la melodía a la cabeza.




martes, 11 de octubre de 2016

Criadas y señoras y las Coca Colas encubiertas

Criadas y señoras, una película de Tate Taylor de 2011 ambientada en el Mississippi de los años 60 narra la historia de una joven que desea ser escritora, decide hacer pública la visión de las criadas negras de las señoras blancas desencadenando así un conflicto social que llegará a revolucionar la sociedad del momento y la impoluta visión que se tenía de ella. (Recomendable 100% porque es divertidísima y muy curiosa de ver).

Esta película es ejemplo de emplazamiento activo, porque los personajes interactúan con el elemento en sí.
Coca Cola es ejemplo de empresa muy metida en el tema de la publicidad más allá de los anuncios convencionales y opta por publicidad “encubierta” en la que aparecer de manera sutil en las películas.
La manera en la que aparece no es solo meramente publicitario con el mensaje de “Consume Coca Cola” sino que procura transmitir los valores de la marca demostrándolo en las escenas en las que aparece el producto.

En el caso de esta película, el producto sale en escenas en las que las criadas negras se reúnen en secreto con la joven blanca para narrarle historias secretas, oscuras y catastróficas que han tenido que soportar siendo criadas de blancas locas borrachas de necesidad de alto status.

Así Coca Cola pretende influir en la mente de los espectadores despertando la necesidad de beber pero de manera subliminal maquillado con escenas en las que relatan sus valores, haciéndonos pensar en qué razón tienen.

P.

lunes, 10 de octubre de 2016

Captain Fantastic

Le sorprende a uno dar inicio a una sección de recomendaciones de películas en cartelera con, precisamente, una película en cartelera. Suena absurdo, y en el fondo lo es, pero después del horroroso año que llevamos, en lo que a la gran pantalla se refiere, no es para menos. Remakes, remakes innecesarios, continuaciones de sagas ya finalizadas para tirar del hilo hasta romperlo y, entre tanto, algún que otro remake más. Eso sí, originalidad la justa, que tampoco estamos para derrochar…

Pero oye, a veces de entre toda esa maraña oscura que vale para poco más que ir descartando aparece un pequeño haz de luz. Será esa esperanza que dicen que nunca debe perderse. Así pues, aunque preferiría estar desbordado de recomendaciones nuevas y originales, me conformo con poder lanzar unas cuantas características buenas de lo que tuve la suerte de ver la semana pasada.

Hablo de “Captain Fantastic”. Un drama bien narrado, con los suficientes toques de humor como para mantenerte la sonrisa sin que quieras salir corriendo de la sala desbordado de clichés, un guión especialmente crítico y todo ello acompañado de una actuación muy correcta.

Es cierto que la sinopsis —un hombre que ha pasado los últimos diez años de su vida viviendo en el bosque criando a sus seis hijos se ve obligado a volver a la gran ciudad— es de esos que te deja bastante indiferente. Rápido piensas que podrían plantar a Jim Carrey poniendo cara de excéntrico dos horas y quizás no merece tanto la pena pagar la entrada. Pero no; nada más lejos de la realidad. Este largometraje hace encajar todas las piezas, te hace entender, e incluso desear, una manera de vivir totalmente opuesta a la que estás acostumbrado; y lo más importante, lo cimienta sin entrar en obras imaginarias.


Una muy buena crítica a la sociedad actual, al sinfín de obligaciones innecesarias a las que estamos acostumbrados y los prejuicios que nos mueven como personas. Un más que correcto Viggo Mortensen que, para mi gusto, se adapta perfectamente a las diferentes facetas del personaje, respaldado por un enorme papel de cada uno de los seis hijos. Todos encajan y todos suman a esta trama con una moraleja final que, si más no, es capaz de hacerte salir de la sala con una sonrisa satisfactoria. Y al precio que tenemos el acceso, no es poco. 



A.

viernes, 7 de octubre de 2016

El ojo crítico

Viernes, último día de la semana bloguera y la última de las introducciones a nuestras secciones. Si por un lado hablaremos de cine desde un punto de vista psicológico y comunicacional, por otro también queremos dar cabida a la parte más personal de la gran pantalla.

Así pues en consonancia con la recomendación semanal, la cual vendrá con un pequeño razonamiento crítico sobre el argumento de la película, reservamos el apartado final de la semana al aspecto puramente crítico.

En este lugar hablaremos desde un punto de vista subjetivo, personal y lo más argumentado posible de películas, buenas o no, lo suficientemente conocidas como para no tener que detenernos en spoilers. Aunque como, por suerte o por desgracia, no tenemos todo el tiempo del mundo para ver toda la historia del cine, introduciremos cada una de las entradas libre de spoilers, y que dependa de cada uno seguir o dejarlo para más tarde.

Y a ver, que no dejamos esto para el viernes porque nos salió en la moneda; queremos vuestras opiniones, y para ello es importante que dejéis esta sección para acompañarla con un buen gin y un rato de reflexión. Os esperaremos en la caja de comentarios.

Por supuesto, y saliendo del tema que nos concierne, es el momento para que dejéis vuestra opinión sobre cada uno de los aspectos hacia los que vamos a enfocar este proyecto; puntos que os interesan más, puntos a los que daríais una pincelada, puntos que no pondríais ni en las tomas falsas... Escribimos dos, pero lo hacemos entre todos.

¡Gracias por leernos!



A.

jueves, 6 de octubre de 2016

Las bandas sonoras en el cine

La música de las bandas sonoras parecen hechas para acompañar escenas en las que es necesario de algo que escuchar, pero su finalidad va mucho más allá, pretende ser un flujo de emociones que invada nuestro cerebro provocandonos una oleada de emociones.

Es ahí donde reside el misterio del cine, sin las BSO las películas serían tan sosas que no provocarían ni miedo, ni emoción ni ningún tipo de interés.

Escenas de verdadero pánico, sin esa música que súper tensa que hace que se nos ponga el vello como escarpias no tendrían ningún efecto sobre nosotros. 
Imaginar sino ver la escena de la ducha de Psicosis sin música, ¡ni el grito nos asustaría!

Visto esto, en este espacio vamos a intentar revelar las emociones y sensaciones que las BSO provocan en nuestro cerebro y cómo trabajan con la psicología para influirnos.

Seguramente después de estos posts, al oír las BSO recordareis las escenas de las películas y puede que hasta incluso las miréis con otros ojos. 

P.

miércoles, 5 de octubre de 2016

El rincón de las entrevistas

Continuamos la semana de presentaciones dando la bienvenida a vuestra sección, aquella donde queremos que los lectores tengan voz y puedan expresar su opinión. Dentro de este proyecto, también queremos dar cabida a diferentes entrevistas cordiales en las que conocer un punto de vista diferente al del equipo Cinéalo.

Cabe destacar que afrontamos esta sección como una especie de comodín en el que reservar un pequeño espacio para comunicados, presentar nuevos proyectos, ideas y recibir feedfack para mejorar juntos.

Recordaros además que esto empezará en serio a partir del lunes con la recomendación de cine de la semana, en la que intentaremos hablar siempre de una película en cartelera. En el supuesto de que consideremos que no haya nada interesante en esta, sacaremos una de nuestro cajón personal.

¡Un saludo cinéfilos!





A.

martes, 4 de octubre de 2016

La publicidad y su psicología en el cine

¡Bienvenidos a la psicologia de la publicidad! Soy Paula y os invito a que paséis un rato en el que descubrir curiosidades que os harán ver las películas desde otra perspectiva.

El cine es un canal que ofrece muy buenos resultados en el mundo de la publicidad, en el que el sonido dolby, la capacidad de la gran pantalla y el hecho de poder evitar el zapping hacen que los espectadores que queden literalmente pegados a la pantalla aumentando un 400% la capacidad de recuerdo.

En este apartado queremos mostraros desde otro punto de vista cómo las películas influyen sobre nosotros, la gran mayoría de veces, sin que nos demos ni cuenta. Veremos fotogramas con publicidad subliminal y casos verídicos en los que los espectadores experimentaron cambios de conducta sin saberlo. Casos ocultos en los que no nos damos cuenta y que una vez lo ves, no ves nada más que eso.

Probablemente después de ver los ejemplos, ¡no podréis ver esas películas con los mismos ojos!




P.